Tras las derrotas pasadas Daniel Aguirre supo sacar a lucir su juego y pudo dominar de principio a fin el encuentro que mantuvo con un Ariel Schnaiderman errático y lejos de su mejor tenis.
El resultado de 25-12 a favor de Daniel vuelca en claro la diferencia que hubo en el día de juego en donde el ganador supo controlar sus golpes, meter más la bola y dar el golpe o cambiar de ritmo en el momento exacto.
En tanto Ariel se vio metido en sus propios problemas sin lograr nunca encontrarle la vuelta al juego y de esta manera entro en una telaraña de la que nunca pudo escapar.
El partido, uno más entre ambos, remarco que este deporte lo gana aquel que sepa dominar la pelota y golpear en el momento preciso. Siempre recordando que lo básico de todo este juegos es que nuestra pelota supere la red y entre del otro lado de la cancha más veces de lo que pueda hacerlo nuestro adversario.
En conclusión un partido intenso entre un jugador que logró concentrarse todo el juego y otro que nunca llegó a hacerlo en todo el partido.
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